En estos tiempos actuales donde lo que pretendemos es evadirnos de la vida, llegan los de Oniria y nos dicen que no podemos. O que no pueden ellas. De esta manera, mientras ellas quedan encerradas en situaciones al borde del colapso o de un ataque de nervios, los espectadores sí que nos salimos por la tangente riéndonos y sonriéndonos, que es parecido, pero no es lo mismo.